EL
MUNDO
19
junio 2016
Amaya García
Proteger la piel debe ser una prioridad en el mar y en
Hubo un tiempo, no muy
lejano, en el que el moreno estilo Julio Iglesias estaba de moda. Lucir un
bronceado extremo, ese que despierta todo tipo de comentarios por exagerado y
poco natural, ha sido durante años visto como algo positivo. Sinónimo de buen
vivir, de pasarse horas en la hamaca sin dar ni palo, de disfrutar del sol todo
el año... Poco a poco, esa moda se ha ido apagando; ahora estar negro se
considera una agresión que en el peor de los casos puede acabar derivando en un
cáncer.
Llega el verano y la playa
y la piscina se convierten en escenarios principales del ocio. Diversión pasada
por agua donde muchas veces la piel es expuesta a los rayos ultravioletas sin
la protección adecuada. No sólo cuando nos ponemos en bañador hay que cuidar la
piel, también un paseo por la montaña o una tarde de parque deben ir
acompañados de la dosis de crema correspondiente. El sol ayuda a sintetizar la
vitamina D, fundamental para nuestros huesos, y además influye positivamente en
el estado de ánimo de las personas. Pero ¡ojo con empacharse!
Tipo de piel
"A la hora de tomar el
sol hay que tener en cuenta varios factores, como el tipo de piel y la
edad", explica la dermatóloga Elia Roo. La protección a la hora de tomar
el sol, sobre todo durante los primeros días, debe ser la máxima.
"Conviene usar siempre un factor 50, en especial las personas de piel
blanca. Y nunca, aunque se tenga la piel oscura, bajar de 30", explica
Consuelo Mohedano, directora de formación de Shiseido en España.
Diferencias
Los rayos UVB y UVA afectan
a nuestra piel de manera diferente. Los primeros son los que la broncean y
también pueden causarle quemaduras y melanoma. "Los UVA penetran hasta la
dermis", añade la doctora Roo. Las cremas a partir del factor 30
"suelen proteger frente a los dos".
Agresión
Los expertos insisten en
que conviene evitar las horas de mayor radiación solar, entre las 12 y las 16
horas. "Una cosa es que se queme la epidermis, la capa más exterior de la
piel, y otra lo que sufre ésta y las consecuencias a medio y largo plazo que
supone tomar el sol en exceso: envejecimiento prematuro de la piel, flacidez,
arrugas, surcos en el rostro...", continúa Mohedano.
Errores habituales
Es bastante común llegar a
la playa y empezar a embadurnarse con una protección alta, que con el paso de
los días vamos bajando porque pensamos que la piel ya está curtida. "Es un
error. No puede pasarse del factor 50 al 30 sin más. Tu fototipo de piel es el
que es y su resistencia es la que es", comenta Mohedano.
El bronceado no es un protector solar.
Aplicación
Lo correcto es aplicarse la
crema entre 20 y 30 minutos antes de la exposición. Este ritual es
especialmente importante en el caso de los niños. "No se debe aplicar la
crema y a continuación meterse al agua porque no damos tiempo a la piel a
absorberla", recomienda la experta de Shiseido.
'
Topless'
Evitar tener marcas del
biquini puede salir caro. "La piel del pecho es hiperdelicada
y muy fina", afirma Mohedano. "A diferencia
de la del rostro, no está hecha para estar a la intemperie. La tenemos cubierta
todo el año y es recomendable preservarla de la radiación ultravioleta
siempre".
Cantidad
"La piel tiene que
estar limpia y seca antes de echarse el producto", afirma Juan Luis López,
Director de Marketing de los Laboratorios Dermatológicos Avène,
quien advierte de que muchas quemaduras suceden por aplicarse poco producto.
"Hoy sabemos que casi la mitad de los españoles se da menos protector del
necesario".
Protección
En 2006, la Comisión
Europea estableció los índices de protección existentes en el mercado según su
efectividad: protección baja, entre 6 y 10; media, entre 15 y 26; alta, entre
30 y 50; y muy alta, 50+. "La protección total no existe. No hay producto
que te aísle absolutamente de los rayos", sentencia la doctora Roo.
Zonas olvidadas
La zona superior de las
orejas, los empeines, las rodillas y su parte posterior y la nariz son partes
del cuerpo a las que no siempre prestamos la atención debida. "Todas las
zonas deben ser protegidas. Y hay que tener en cuenta que no es igual la piel
de la cara, el escote o las piernas", puntualiza Mohedano.
"Conviene aplicar una crema para cuerpo y otra específica para cara".
Tiempo
"Deberíamos empezar a
tomar el sol con exposiciones de entre 15 y 20 minutos como máximo al día
durante las primeras dos o tres jornadas para luego poder ir alargando esta
exposición unos 10 minutos más cada día, siempre con protección solar
máxima", comenta López. "Con 20 minutos de luz solar al día es suficiente
para cubrir las necesidades de nuestro cuerpo»", puntualiza Mohedano.
Reaplicar
Cada dos horas,
aproximadamente, hay que reaplicarse crema, según recomiendan los expertos.
"Y siempre que nos sequemos con toalla también, porque retiramos el producto",
puntualiza Mohedano. No está tampoco de más hacerlo
después del baño.
Lunares y cicatrices
Hay que prestar especial
atención a los lunares, las cicatrices, sobre todo las recientes, y los
tatuajes. "Para las cicatrices de menos de un año conviene usar sobre
ellas pantallas físicas ya que si no pueden cicatrizar mal y dejar señal e
incluso colorearse los bordes con un tono marrón", asegura López. Desde Shiseido recomiendan tapar los lunares y las manchas.
"Hay parches para ello". También hay sticks de alta protección que
crean una barrera muy gruesa. "Si tienes la espalda llena de lunares, tu
piel te está poniendo en alerta".
Niños
La piel de los más pequeños
requiere atención extra porque al tener menos melanina es más sensible. Nada de
ponerles desnudos en la orilla a hacer castillos de arena. "Eso es una
barbaridad", dice Mohedano. "Además de
protegerle con una factor alto -50 a poder ser-, deben llevar gorro y gafas de
sol. "Y cuando salen del agua conviene ponerles una camiseta". En la
medida de lo posible los niños deben estar a la sombra y constantemente
hidratados con líquidos. Nunca se debe exponer al sol a los niños menores de
tres años.
Pelo
La luz del sol afecta tanto
al color como a la textura del propio cabello. "Antes de la exposición es bueno
aplicar un protector térmico sobre el pelo", afirma Mamen Almela, de Green Hair Beauty.
Llevar un sombrero o pañuelo también ayuda a protegerlo. "Durante la
exposición, podemos poner aceite de argán que es 100% orgánico y contiene omega
6". El salitre del agua del mar deshidrata el cabello con rapidez y el
cloro oxida su superficie. Las personas calvas deben aplicarse protección alta
en la cabeza para evitar que se les queme el cuero cabelludo. La gorra, el
sombrero o el pañuelo también son buenos aliados.
'Aftersun'
"El sol provoca
deshidratación y también oxidación en la piel. A veces, incluso,
inflamaciones", explica Mohedano. Para este
último caso recomienda aplicar geles, "dado que
refrescan más". En circunstancias normales, basta con darse una hidratante
o un aftersun tras la exposición.
Alimentación
La dieta puede ayudar a
mantener o adquirir el ansiado bronceado. La vitamina C y los carotenos, que se
encuentran en frutas y verduras como la manzana, la naranja, la zanahoria o la
lechuga, ayudan a lograr un tono uniforme.
Locuras de verano
Lograr un bronceado rápido
conlleva a veces hacer locuras como echarse aceite de oliva o de bebés o
Coca-Cola sobre la piel. Además de suponer un riesgo para la salud, la piel se
resiente. Y más allá de quemarse la epidermis -la capa más superficial-, supone
maltratar la piel y sus consecuencias se pueden manifestar a más largo plazo.
"El daño a tu piel se desarrolla según las horas de exposición que vas
acumulando", explica Mohedano. Los remedios
caseros mejor olvidarlos.
Días nubosos
La radiación solar puede
traspasar al 40% las nubes, por eso también hay que echarse crema en un día
gris. De hecho, las nubes pueden ser peligrosas dado que provocan un efecto
lupa con el sol, que incide aún más sobre la piel.
Waterproof y Water Resistant
La diferencia entre ambos
radica en que la segunda mantiene su nivel original de protección después de
estar 40 minutos de inmersión en el agua; la primera lo hace 80 minutos.
Caducidad
Igual que miras la fecha de
caducidad de un medicamento o un alimento, también debes hacerlo con las
cremas. Los cosméticos tienen en su etiquetado el plazo de tiempo durante el
cual pueden utilizarse sin riesgos una vez abiertos. Si se emplean después de
ese tiempo es probable que hayan perdido parte de sus propiedades. El símbolo
suele ser un tarro y dentro se ponen los meses correspondientes. De un año para
otro no conviene utilizar las mismas solares.
Texturas
"Hay muchas formas
galénicas para protegerse: en spray, en gel, la tradicional crema, en aceite,
en loción...", explica la doctora Roo. "Se busca ofrecer una opción
cosmética más atractiva, es decir, mantienen la protección y además son más
cómodas para echárselas".
Deporte
Echar un partido de pádel, jugar 18 hoyos o salir a correr tienen que ir
siempre acompañadas de la dosis de crema correspondiente. Aunque la actividad
nos mantenga distraídos, la piel está expuesta y necesita estar protegida. En
verano se deben evitar las horas centrales del día para practicar deporte. Las
protecciones en gel son más recomendadas dado que se absorben mejor y son más
ligeras.
Al volante
Salir del coche y tener los
brazos ardiendo. A priori parece una mera anécdota, pero la realidad es que es
recomendable darse crema si se va a conducir de forma continuada dado que el
cristal puede provocar el efecto lupa y puede resultar perjudicial.
Cifras del melanoma
Cada año se diagnostican
alrededor de 200.000 nuevos casos de melanoma en el mundo; sólo en España,
4.000 aproximadamente, según datos de la Academia Española de Dermatología y
Venereología. A pesar de que el 94% de los españoles sabe que exponerse al sol
puede causar problemas de salud, sólo un 22% se protege todos los días del año
frente al 18% en el resto del mundo, según un estudio de La Roche Posay.